por El tarot en la antigüedad siempre ha ido muy ligado al misticismo y a la magia debido a sus orígenes. Por finales del siglo XVIII, el clérigo suizo y francmasón Antoine Court de Gébelin, el cual proclamó que la imagen de los arcanos mayores del tarot, llevaba símbolos religiosos antiguos.
Gébelin dijo que el tarot provenía de las creencias egipcios, concretamente de los dioses Isis y Troth y sus misterios, por lo que la traducción de su significado al lenguaje egipcio tenía sentido. Según Gébelin, la palabra “tarot” se parte en “tar” que significa real, y “ro” que significa camino, por lo que se da a entender que el tarot es una guía al “camino real”.
Todo esto hizo que Gébelin asemejara el tarot con los egipcios, llevando a cabo un estudio sobre ellos y el significado de sus jeroglíficos, pero no tenía consistencia a lo que él decía, ya que ningún historiador encontró nada en los jeroglíficos que demostraran la teoría del clérigo. Todo experimento o hallazgo llegaría tarde, ya que ya estaba asociado directamente todo el tarot con el “Libro de Thoth” donde se pueden encontrar referencias a la baraja de cartas y sus arcanos mayores, además de ser un libro importante en el mundo ocultista.
