En el siglo II se desarrollaría un importante tratado para el mundo del ocultismo perteneciente a los sueños, el tratado de Artemidoro de Daldis, del cual casi no se sabe nada, ya que no se dejó nada escrito sobre él.
Este tratado se constituyó dentro de su mayor obra, El libro de la interpretación de los sueños constando de cinco partes. Son cinco partes, ya que las tres primeras componen una trilogía, y pensó en dejarlo ahí, pero más tarde acabó escribiendo dos más para completar mejor la obra.
Los tres primeros habla sobre la interpretación de los sueños, y los otros dos son consejos que le da a su propio hijo para saber interpretarlos. En los tres primeros libros se destacaba el significado que le daba a los sueños, siendo verídico según él mismo, ya que los tenía, y luego le pasaba la propia interpretación que le daba, se cumplía correctamente.
Da más importancia a los sueños en los que aparecía alguna parte del cuerpo, ya que él los trataba como más fiables, guardando cada parte del cuerpo relación con las partes del universo.
Artemidoro no pensaba que los sueños eran producidos por la relación de Dios con los humanos, pero no lo descartaba como posibilidad. Como todos los escritores, nos dice que el sueño hay que interpretarlo con todos sus símbolos de forma independiente, uno a uno, y no en su conjunto. También señala que el mismo sueño puede significar o tener consecuencias diferentes entre las personas, ahí depende de la persona que lo sueñe, y que no se debe comparar con el de otras personas.