Muchas personas creen que después de una racha de buena suerte el destino les hará vivir momentos de angustia como compensación y equilibrio entre la buena y la mala suerte. Otros consideran que la mala suerte tiene un motivo y suelen decir; “No hay mal que por bien no venga”.
La suerte es en la vida una incógnita irresoluble donde muy pocas veces podemos saber en qué momento se presentará para alegrarnos o hacernos padecer. En la adivinación por medio de las 78 cartas del Tarot, la suerte, el amor y la muerte son las consultas más frecuentes y suelen ser motivo perturbador y de inquietud.
La suerte se puede hacer presente de forma sutil para facilitarnos algunas vivencias y no nos damos cuenta de su presencia. Solamente cuando algo no sale según nuestros deseos le atribuimos a la mala suerte esa circunstancia. El Tarot diferencia la buena y la mala suerte dándole a cada una el lugar que le corresponde sin euforia y sin dramatismos.