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Los sueños proféticos traen consigo que lo que se sueña se acaba produciendo más tarde o temprano. El misterio que envuelve este hecho es aún eso, un misterio, y que se hace más grande cuando efectivamente se comprueba que lo que se sueña es lo que ocurre. Uno de estos sueños proféticos datado de hace varios siglos, es la muerte del primer ministro británico Spencer Percival, que sucedió el 11 de mayo de 1812.
Esto sucedió, que una persona que vivía en Cornualles, soñó ocho días antes algo que más tarde sería premonitorio. En su sueño, una persona pequeña fue atacada por otra, ese hombre sacó una pistola de su carcasa y le disparó al pecho, lo cual comenzó a sangrar. Algunas personas detenían al asesino. En el propio sueño se decía que la persona que había recibido el disparo era el primer ministro. Ante esto, esa persona quiso avisarle, pero sus amigos le convencieron de que no lo hiciera, ya que lo tomarían por loco.
Con el paso de los días, se cuenta que esta persona, dando una vuelta por Londres, pudo ver cuadros hechos por personas presenciales, que retractaban lo sucedido en el asesinato, y todo era tal y como sucedió en su sueño, incluso la indumentaria de los dos hombres eran idénticas a las soñadas.
Este hecho, ya datado en doscientos años, no está muy bien documentado, a penas lo que el testigo dio a conocer, y que más adelante se le aplicaría estudios sobre lo sucedido y lo soñado para ver que todo fue real, y esa persona tuvo un sueño premonitorio.
