La astrología celta constaba de un calendario lunar de 13 meses, de 28 días cada uno, con un día intercalado para calcular su año y las distintas festividades. El aspecto ritual de su religión se basaba principalmente en el ciclo solilunar, y su zodiaco también se fundamentaba en el período lunar, más que el solar.
El lugar habitual de reunión de los druidas era el bosque, de allí que asignaron a los árboles una propiedad, una virtud, y lo consagraron a un Dios celta. Cada una de las etapas correspondiente a la fase Luna-Árbol tomaba una condición y se veía amparado bajo la protección de un Dios. Posteriormente cada árbol fue asociado a una época del año, de ahí surgió el horóscopo de los 21 árboles. Dos para los equinoccios, dos para los solsticios y los restantes fueron repartidos en periodos equidistantes y contrapuestos en el calendario; salvo el álamo, que cubre tres periodos. Esto es muy importante en el tarot.Como amplios conocedores de los secretos de la naturaleza y los bosques, tenían como árbol sagrado el “Duir” o sea el roble, el árbol que representaba la fuerza. El zodíaco Celta divide el cielo en sus 4 puntos cardinales, asignando a cada uno de ellos un árbol, siendo el resto de días asignados a otros árboles.
Esta es otro tipo de astrología, y de la que hay que tener en cuenta sus características, ya que es distinta a las demás, y es que tiene unos aspectos básicos para muchas personas, y que la hacen posible que sea valida, por lo que tiene muchos seguidores, así que debemos de seguir los signos de esta astrología.